¿Insomnio? 8 consejos para un sueño perfecto

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Dormir no equivale para todo el mundo a sueño reparador. Muchos factores pueden impedir que nos despertemos realmente descansados y con energía para un nuevo día.

Almohadas arrugadas, sudoración profusa y dolor de espalda: el sueño no siempre resulta reparador. Acostarse sobre un colchón poco confortable, no adoptar una posición óptima para dormir y o no tener un buen soporte para la cabeza, hará que por la mañana el cansancio sea mayor y no haya energía para hacer frente al día.

Dormir bien no sólo es importante para emprender la rutina del día siguiente. Durante la noche nuestro organismo realiza procesos para que cuerpo y mente se regeneren y desarrollen.

Dormir es imprescindible para una buena salud.

Parece que todo está en calma, pero mientras dormimos nuestro cuerpo se regenera, consolidamos la memoria y desconfiguramos redes neuronales que podrían ser perjudiciales para nuestra salud mental. Mantener un horario constante y eliminar interferencias son dos claves para favorecerlo.

Un tercio de nuestra vida la pasamos durmiendo. Si vivimos 90 años, estaremos 30 durmiendo: 22 y medio en un sueño profundo y siete y medio soñando.

Pero no es tiempo perdido. Es un estado activo durante el que se producen cambios metabólicos, hormonales, en el aprendizaje, en la memoria… y en el que influyen multitud de factores.

El sueño, como otras funciones vitales (presión arterial, temperatura, niveles hormonales, de atención…) responde a un ritmo circadiano (con un patrón de 24 horas), regulado por un reloj interno –el núcleo supraquiasmático (NSQ) del hipotálamo– y es sensible a la influencia de sincronizadores del entorno, especialmente a la luz.

Durante el sueño cortamos los estímulos externos, porque el tálamo (puerta de entrada de la información de los sentidos) entra en un ritmo autogenerador impidiendo el paso de datos sensoriales hacia la corteza.

Por el contrario, se producen estímulos en el tronco cerebral, que se dirigen a la corteza visual occipital y nos permiten generar la información que construirá nuestros sueños.

Rutinas para combatir el insomnio

Algunos hábitos y actitudes ayudan a disfrutar de una mayor calidad de sueño:

  1. Mantener un horario constante de vigilia-sueño y evitar dormir de día.
  2. Hacer ejercicio de forma habitual y beber agua en abundancia durante el día.
  3. Hacer que el dormitorio sea un lugar regenerador, ventilando y haciéndolo acogedor.
  4. Cenar liviano para una fácil digestión y evitar las bebidas estimulantes antes de acostarse.
  5. Tomar infusiones de plantas relajantes.
  6. Mantener conversaciones agradables durante la cena y evitar los programas de televisión que te generen tensión.
  7. Generar pensamientos positivos al acostarte, confíar en la sabiduría reparadora de la esencia.
  8. Respirar pausadamente por la nariz, centrando la atención en este acto.

Fuente: RBA – National Geographic